Oímos Albacete y la asociamos a sus famosas navajas y, como mucho, a la modelo Esther Cañadas, que es de allí. Albacete es una ciudad que sorprende agradablemente al visitante por sus valores culturales y humanos.
Por lo pronto es quizá la ciudad española con mayor superficie relativa de zonas verdes, plazas y jardines. En pleno centro tiene once hectáreas de jardín y arbolado y dispersos por el área urbana otros cinco.
En cuanto a los monumentos cabe mencionar la Catedral, el Convento de la Asunción, hoy centro cultural, y el modernista pasaje de Lodares.
El Museo Provincial de Albacete, dentro del parque central, acoge colecciones de arqueología, bellas artes y etnología. En la sección arqueológica destacan materiales paleolíticos de la provincia y las pinturas ibéricas de Nerpio, Chinchillida de Montearagon, Bienservida y Caudete. En la sección de bellas artes encontramos una excelente antología de la obra de Benjamín Palencia.
Albacete es famoso por su gastronomía de mantel y por sus tapas a pie de barra. Para el tapeo nocturno es aconsejable la Zona. En la gastronomía albaceteña, de base claramente rural, destacan los gazpachos manchegos, la perdiz escabechada, el moje, el atascaburras, el ajo mataero, el pisto, las migas y las gachas. No olviden probar la cuerva, una bebida de agua, azúcar, limón y vino de la tierra.
Catedral de Albacete
En 1949 se creó la diócesis de Albacete y ello determino la promoción a catedral de la antigua iglesia gotico-mudejar de San Juan, un interesante edificio producto de diversas adiciones y reformas: remodelado al gusto renacentista por Diego de Siloé, solo en 1959 concluyo su construcción en el estilo neorrománico y neogótico que observamos en fachada y laterales.
La catedral, tres naves iguales con bóvedas barrocas que descansan sobre monumentales columnas jónicas, atesora interesantes retablos en la capilla de la Virgen de los Llanos y una pila renacentista en la sacristía. A ello hemos de sumar la profusión pictórica que hace de esta catedral “una de las de mayor superficie pintada del mundo”.
Museo de la Cuchillería de Albacete
La Casa de Hortelano, un bello edificio de estilo ecléctico con una fachada neogótica decorada con azulejos verdes, alberga el interesante Museo de la Cuchillería. Está situado en el centro de la ciudad, frente a la catedral.
A través de sus vitrinas y expositores podemos seguir la interesante historia de la navaja y de la cuchillería en general. La industria cuchillera se remonta en Albacete al menos al siglo XV, pero sus productos solo alcanzaron fama nacional en el siglo XVIII debido a la floración de grandes cuchilleros.
La navaja tradicional albaceteña, denominada de espejitos por los que tiene incrustados en el mango, no mayores que una lenteja, surge en el siglo XIX. El museo atesora una excelente muestra de estas estilizadas armas herramientas que suelen tener cachas de hueso de caballo o de asta de toro y a veces presentan impresa en acido a lo largo de la hoja una leyenda que revela el carácter del cliente que la encargo.
El pasaje de Lodares de Albacete
No podemos dejar Albacete sin visitar el pasaje de Lodares, una de las galerías comerciales y residenciales más bonitas de España, entre las calles Tinte y Mayor. Junto con el pasaje Gutiérrez de Valladolid, el de Lodares es el único ejemplo de arquitectura modernista monumental de estas características de principios del siglo XX.
El pasaje se integra plenamente en los más avanzados usos constructivos de su tiempo, que incorporan el vidrio y el hierro.
El pasaje de Lodares se caracteriza por tres pisos de balcones muy próximos que armonizan el conjunto sobre los que se extiende una cubierta de hierro y vidrio. El piso bajo se sostiene por robustas columnas renacentistas con adornos modernistas que dividen los locales comerciales. El conjunto está decorado con alegorías del progreso, el trabajo, el comercio y la industria.
En el Cerro de los Santos, en el término de Montealegre del Castillo, se encontraron hace siglo y medio unas 500 estatuas de caballeros y damas o sacerdotisas iberas que los campesinos creyeron santos, de donde se nombra el lugar.
En realidad eran estatuas votivas que los enfermos dejaban en el santuario allí ubicado, a donde acudían a curarse de sus males. Las esculturas se repartieron por distintos museos, aunque la colección principal está en el Arqueológico Nacional de Madrid. Allí solo queda un cerro pelado con un monolito conmemorativo levantado en 1929 en la cúspide. ¿Qué interés tiene la visita?
Objetivamente ninguno, pero se puede pasar unas horas caminando por el cerro volteado con el pie piedras, respirando el aire sosegado, percibiendo el perfecto silencio, imaginando que un día aquel lugar tuvo vida, que hubo hombres, mujeres, niños que se acercaban al Lourdes ibero en busca de remedio, que entre gentes llegadas de lejanas tierras al amparo de la divinidad surgía a veces la amistad o el amor.
El yacimiento está cerca de la carretera CM-3209 de Yecla a Montealegre del Castillo. A dos kilómetros de esta localidad, en la carretera que va a Fuente Álamo, está el Llano de la Consolación, donde se encontró una necrópolis ibérica con esculturas, pero tampoco queda nada. Ya sé que es frustrante.
Casas colgantes de Alcalá del Júcar
Alcalá del Júcar y el vértigo de sus casas colgantes sobre la impresionante hoz del Júcar. En lo alto del pueblo un castillo de origen arage corregido y aumentado por los cristianos inspira la leyenda del moro Garaden y su trágico amor por la hermosa cristiana Zulema.
El curioso viajero merodeador encontrara casas cueva abiertas sobre el lecho del Júcar, entre ellas la cueva fortificada de Garden, cercana al castillo.
Quizá lo mejor del pueblo sean los bellos parajes de su entorno, que incluso permiten el baño fluvial en las zonas acondicionadas. Hay una infraestructura turística suficiente, con establecimientos hoteleros y bares en los que no faltan recios platos de la gastronomía regional.
El famoso bandido Pernales, apodo que deriva de pedernales por su legendaria imperturbabilidad, se especializo en asaltar cortijos y extorsionar a los terratenientes del valle del Genil, Osuna y Écija. La Guardia Civil lo persiguió infructuosamente durante años mientras aumentaba la fama de sus fechorías, que incluían un asesinato y una violación.
Los cadáveres de los bandidos se expusieron toda la tarde el día de su muerte en la plaza de Villaverde y al día siguiente los llevaron a Alcaraz, en cuyo cementerio, junto a las ruinas del castillo, los sepultaron.
Para seguir la ruta del Pernales, que discurre por bellos paisajes ideales para aficionados al senderismo, tomaremos la carretera CM-3204 hasta Villaverde del Guadalimar y de aquí, por carretera local, nos dirigiremos a la pedanía de El Bellotar. La ruta sigue a pie por una empinada senda hasta el paraje de los Picarazos, moles de piedra y espectaculares vistas del valle del Tejo, y luego desciende hacia el valle, cruza el referido arroyo del Tejo y llega a la Casica, el cortijo donde amordazaron al Pernales y a su compinche antes de morir.
Siguiendo los pasos del bandido y disfrutando del paisaje, lo que debido a las prisas el no haría, se desciende un poco más hasta La Rosinda y, tras pasar por el Portillo, se pega al paraje de las Morricas, donde se produjo el tiroteo entre los bandoleros y la Guardia Civil que termino con la muerte de ellos.
Para rematar la ruta conviene visitar la tumba de los bandidos en el cementerio de Alcaraz, donde nunca faltan flores frescas que les lleva la afición.
Plaza mayor de Alcaraz
Una visita a Alcaraz es recomendable aunque solo sea para contemplar su bellísima plaza Mayor renacentista con las torres de la Trinidad y el Tardón, diseñada por Andrés de Vandelvira.
A las afueras encontramos el castillo cristiano remodelado sobre otro musulmán, paredaño al cementerio. Otro castillo cercano, el de Cortes, sufrió una profunda transformación en el siglo XVIII; hoy sirve a la iglesia. Completa las fortalezas de Alcaraz la torre de Gorgojí a orillas del Guadalmeca.
El 8 de septiembre se celebra una multitudinaria romería con los consabidos actos religiosos, jolgorios y atracones en los lugares a menos que hay junto al santuario de la Virgen de Cortes, patrona de la localidad. Son de admirar las carreras que le dan a la Virgen y el recibimiento del Santo Cristo de los Ángeles.