Monumentos, lugares y experiencias que el visitante a Lisboa no se puede perder.
Castillo de San Jorge. En castillo se mece sobre la ciudad vieja como una corona de piedra; una panorámica grandiosa.
Torre de Belém: Expresión de una época gloriosa y belicosa emblema de la época manuelina
Igreja Sao Roque. Diseñada modestamente y realizada con lujo. La joya entre las numerosas iglesias de Lisboa.
Mosterio dos Jerónimos. La máxima expresión del arte de la cantería.
Rossio. Aquí late el corazón de la ciudad del Tajo. Hágase con un asiento de palco en el bulevar y dsfrute de la actividad urbana.
Alfama. Un laberinto pintoresco de callejuelas y escaleras. Sumérjase en un tiempo pasado en el barrio más antiguo de Lisboa.
Parque das Nacoes. Arquitectura ultramoderna. El antiguo recinto de la Expo se ha convertido en el símbolo reluciente del progreso de Lisboa.
Museo de Calouste Gulbenkian. El magnate armenio del petróleo, mecenas de las bellas artes, donó a la ciudad su magnífica colección de arte.
Museo Nacional do Azulejo. El arte del azulejo portugués, presentado en un convento magnífico.
Cervejaría da Trindade. Buena comida, el ambiente adecuado y una maravillosa pared de azulejos detrás de la barra.
Santo Antonio. La gente del cine, periodistas y artistas aprecian el ambiente de este restaurante de la Alfama.
Feira da Ladra. Cada martes y sábado se puede revolver y regatear en el ‘mercado de la ladrona’.
Lisboa Regency. Tanbién quien no se aloja en el hotel puede disfrutar de la vista del casco antiguo con un tentempié delicioso y un trago.
Doca do Santo Amaro. Pasear a cualquier hora, de noche, con música, en la zona de restaurantes y bares al aire libre.
Pavilhao Chinês. Para no salir del asombro: kitsch sobre kitsch en la coctelería.