La antigua y famosa Tarraco, enclavada en las orillas del mar mediterráneo, esta tierra ha sido joya del imperio romano, ya que era la llave principal para entrar en Hispania, como también fue uno de los últimos reductos del cristianismo ante el avance musulmán, y una zona de conflicto en la guerra contra las invasiones napoleónicas.
Actualmente es un lugar apacible, donde miles de visitantes vienen todos los años en busca de sus diferentes atractivos, unos vienen buscando el sol y playa, otros hacen ruta por los paisajes y monumentos que se encuentra en esta zona Cataluña, y una buena mezcla de un poco de cada encontraremos en Tarragona y su entorno.
La catedral, del año 1171, es de estilo gótico y románico, es una de las joyas arquitectónicas de la ciudad , y uno de los elementos más representativos de la misma, y aunque guardan más de su época romana como es la Torre del Pretorio Romano, o la torre de los Escipiones romanos, construida haya por el siglo 1 d.C.
El Museo del Puerto de Tarragona es otro lugar donde poder admirar las reliquias que aquí se conservan procedentes del mundo de los barcos y el mar, también el patrimonio inmaterial está muy presente, como son las fiestas locales.
Una de las más representativas es aquella en la que se forman los famosos Castells, torres humanas de personas que alcanzan grandes alturas o del carnaval, muy festejado y apreciado tanto por los habitantes de Tarragona como por los turistas que vienen a la ciudad para celebrarlo también.
Aunque sin lugar a dudas, el lugar más fantástico y majestuoso de la ciudad es la conjunto arqueológico romano que se sitúa a pocos kilómetros de está, allí se pueden observar el legado que han dejado los romanos, como por ejemplo el anfiteatro y circo romano, en el cual aún se hacen representaciones a lo largo del año allí, además de las miles de figurillas, adornos y otros objetos que dejaron y que han sido rescatados, restaurados y conservados en este museo.
Grandes son los restos que podemos encontrar de esta cultura por todo el centro urbano de la ciudad, donde destaca su Antigua Audiencia, gran torreón que en algunos tiempos fue llamada el Castillo del obispo de Vic entre otros nombres y usos que le ha ido dando la historia durante todo este tiempo. Aunque también encontramos edificios modernistas como es la rambla nova donde se acogen diferentes monumentos de artistas mucho más modernos que los anteriores, o el Mercado Central, del ya reciente siglo XX.
El museo necrópolis del paleocristianismo, es otro de los lugares con más historia del lugar, allí podremos ver los primeros asentamientos y las herramientas y como vivían los primeros habitantes de la zona, los objetos que allí encontraremos nos dará buena muestra de que su intelecto no era tan reducido como todos esperan y aprendían del clásico ensayo error para mejorar sus instrumentos, una visita imprescindible si nos gusta la historia.