El Jardín Botánico de Tenerife, saliendo de Puerto de la Cruz es un santuario verde tan lleno de vegetación tropical que uno tiene la sensación de oír hablar a los loros y charlar a los monos.
Oficialmente llamado el Jardín de Aclimatación este lugar turístico fue fundado por decreto real en 1788.En el Botánico, como se le llama familiarmente, se recogen los más diversos ejemplares de la flora isleña y vistosas muestras del mundo vegetal de lejanos países. Hay diferentes variedades de palmeras incluyendo la jipijapa; con sus fibras se fabrica el conocido sombrero Panamá. En el lugar destinado a los cactus hay una variedad digna de admirar. Hay una higuera sudamericana cuyas ramas enormes se han cruzado formando una especie de casa-árbol, donde Tarzán hubiese estado feliz.
Pero no es necesario ir al Jardín Botánico donde todo está meticulosamente arreglado para apreciar la magnífica flora de Tenerife. Todos los caminos despiden fragancia, están llenos de madreselvas y mimosas, de buganvillas de colores, flores de la Pascua y jacarandás. Asómese a cualquier jardín y probablemente verá la deslumbrante belleza del jazmín rojo o un banco de flores ‘ave del paraíso’ tan populares.