En 1810 se celebró el matrimonio del príncipe heredero Luis de Baviera con la princesa Therese von Sachsen-Hidburghausen, con carrera de caballos en un enorme prado, llamado después Theresienwiese en honor de la novia. Los bávaros vitorearon a la pareja. Tan encantados quedaron los participantes que decidieron celebrar la fiesta año tras año.
Así se inició el famoso Oktoberfest de la ciudad que (a pesar de su nombre) se inicia el penúltimo sábado de Septiembre y termina el primer domingo de Octubre.
Durante ese tiempo, unos siete millones de visitantes consumen 14 millones de litros de cerveza en enormes tiendas instaladas por las grandes cervecerías. También consumirán 300.000 pares de salchichas de cerdo, 600.000 pollos asados, más de 60.000 chuletas asadas de cerdo y un número imposible de calcular de pescado asado (conocido como Steckerlfische).
Junto a las tiendas de cerveza, el Theresienwiese se convierte en un enorme terreno de feria, con norias y caballitos, autos de choque, montañas rusas y una gigantesca rueda. Desde la decoración de las tiendas y los vestidos de las camareras hasta las bandas de música con sus trajes bávaros, el Oktoberfest sigue siendo una fiesta típicamente bávara a pesar de su fama internacional
Se inicia con un desfile de trajes por las abarrotadas calles de la ciudad vieja, seguido por una procesión de carros de cerveza tirados por caballos y muy decorados. La ceremonia inaugural tiene lugar en el Theresienwiese cuando el Bürgermeister de Munich abre el primer barril. Al hacerlo grita en el dialecto local: “Ozapft is!” (Abierto está!) para declarar abierto el Oktoberfest.