Los principales grupos de pinturas rupestres de Cerro Colorado, están en los cerros Inti Huasi, Veladero, Colorado, y en la prolongación de este, denominada el Desmonte. Las figuras son de carácter zoomorfo y antropomorfo, y una tercera que representa signos indescifrables. Se destaca el exacto realismo con que fueron dibujados algunos atributos de las figuras de los conquistadores hispanos, como adornos en las monturas o detalles en la celada, mientras que las representaciones de los guerreros indios son esquemáticas y convencionales. Sin duda los artistas indios contaban con normas determinadas y aceptadas para la representación de la figura humana, lo que constituiría el estilo pictográfico del cerro colorado; pero frente a las figuras diferentes y desconocidas, como las de los españoles y sus extraños animales domésticos, que por primera vez veían los ojos asombrados de los indios, estos trataron de dibujarlos de la manera mas real que sus recursos técnicos lo permitían.
Gran parte de los animales autóctonos, en cambio, tienen un carácter naturalista, siendo fácilmente reconocible el modelo. Llamas y guanacos se destacan por sus largos cuellos y los ciervos por sus cornamenta. Más estilizados son los diseños de reptiles, saurios y serpientes. Hay excelentes ejemplos de felinos y cóndores ejecutados con el recurso del puntillismo, que realizaban por untado directo del dedo en la materia colorante. Otras imágenes parecen haber sido diseñadas con una especie de pincel.
Los colores más usados fueron el blanco, rojo y negro. Para lograrlos aprovecharon los beneficios de los minerales, de los cuales obtuvieron los pigmentos, materia prima para elaborar las pinturas que luego emplearían sobre las rocas. Utilizaban algunos óxidos, hematites, limonita, pirolusita y psilometano y el carbonato de calcio. Para el color rojo se usó la hematites, el negro se conseguía con los minerales de manganeso, y el blanco calcinando el carbonato y logrando óxido de calcio. Todas las sustancias, una vez pulverizadas, se mezclaban con grasa de animales y se aplicaban directamente sobre la pared. Con respecto al origen de las pictografías, solo se posee un dato fidedigno para detectarlo; la presencia del arco y la flecha es el elemento típico de las pinturas, el flechero emplumado, que subsiste hasta la época de la conquista instrumento que habría llegado a las sierras centrales alrededor del siglo cuarto de la era cristiana, procedente del noroeste. A esa época deben remontarse pues las primeras pinturas. Las escenas en que aparecen los españoles marca el último jalón cronológico de estas expresiones artísticas, a mediados del siglo dieciséis. Dentro de las miles de representaciones de motivos diversos, el mayor número de estos corresponden a figuras humanas y animales. En menor proporción los hay de carácter geométrico y existe gran cantidad de no identificados: figuras humanas, de mamíferos, insectos, reptiles y aves (70% del total conocido) motivos geométricos que alcanzan el 14%, los no identificados significan el 16% del total.
Lo más característico de Cerro Colorado, son las figuras de guerreros componiendo escenas que sin duda reflejan hechos reales. Estos guerreros son identificables fácilmente por su complicado tocado, que cae de la cabeza hasta los pies, y por arco y flechas que llevan en la mano. Sus diseños naturalistas están realizados de manera sencilla y esquemática.