En la provincia de Córdoba se encuentra la colección más numerosa de arte rupestre de la Argentina. La efigie del “español a caballo”.
¿Qué es lo que pretendían expresar aquellos artistas anónimos del pasado con sus pictografías (dibujos) y petroglifos (grabados)? En cierto modo, algo similar que a los artistas contemporáneos. Pero por sobre todo los motivos tenían un profundo significado ritual y propiciatorio, por ello es que raras veces dibujos aparecen sueltos y aislados y que en cambio se los encuentra agrupados.
Gerneralizando puede decirse que en la Patagonia, el arte pictórico parietal es menos frecuente pero más norte y noroeste sucede a la inversa.
El análisis del arte rupestre exige diferenciar aspectos tales como la antigüedad, estilo, expresión plástica, temática, composición, perspectiva, técnica, dinámica, estilización, nivel de abstracción, simbolismo pretendido, etc
El complejo de arte rupestre más importante del noroeste argentino es Cerro Colorado, 159 km. al norte de la ciudad de Córdoba. Entre San José de la Dormida y Rayo Cortado nacie el camino de acceso a 10 km. que lleva al Parque Arquológico Provincial cuya riqueza pictórica ya había sido descrita por Leopoldo Lugones a principios del siglo XX.
El arquetipo o leimotiv de Cerro Colorado es el flechero emplumado, que aparece en otras partes. Pero los que más abundan son los motivos propios de la fauna autóctona (llamas, pumas, víboras y aves) entre los cuales se haya un cóndor idéntico por su aspecto a otro encontrado en Baja California. También están representadas la caza y las celebraciones rituales y el omnipresente shamán o brujo. Aparece asimismo la figura del ‘español a caballo’ acompañado a veces por su perro,que eran casi siempre mastines y se diferenciaban de los canes americanos no sólo por su mayor ferocidad sino además porque aquellos ladraban y los perros americanos no podían ladrar.
Pero a diferencia del flexhero emplumado, el español se encuentra también en algunas otras partes del contiente.
El escocés Martin Gardner, empleado de los ferrocarriles ingleses, que por falta de apoyo local debió publicar su trabajo en Gran Bretaña, el noruego Asbjörn Pedersen, sobrino del famoso Roald Amundsen y el guardaparque Jorge Delprato fueron los más entuasiastas que con pasmosa paciencia reprodujeron los motivos originales sobre papel, tratando de conservar fielmente los colores que la fotografía cromática nunca respeta. No llegaron emperoa duplicarse todos los motivos, que suman aproximadamente 3.000 hectáreas y se compone de las secciones Inti Huasi, Cerro Colorado, Veladero, Condorhuasi, El Desmonte y Qubrada Norte. Existe también un pequeño museo. Quien lo desee puede acampar aunque el almacén del sitio dispone de algunas pocas comodidades.
Cerro Colorado contiene casi exclusivamente pictografías no petroglifos , en los colores negro (sobre la base de bióxido de magnaneso) rojo (ocre rojo o hematita, un mineral ferroso) y blanco (cal o hueso molido y quemado) usándose como mordiente amoníaco animal. La visita, una experiencia inolvidable, es asistida por guías expertos que conducen al visitante a los sitios más interesantes.