En medio de un privilegiado valle cordillerano, la ciudad de Esquel descans a orillas del arroyo Esquel rodeada por imponentes sierras y cerros como La Cruz y el Nahuel Pan. Las casas sencillas, los modernos hoteles, los restaurantes y discotecas irrumpen entre la frondosa vegetación del valle sin alterar nunca el clima sereno y silvestre de un panorama dominado por ríos cristalinos, increíbles lagos de aguas profundas, árboles milenarios y los hipnóticos cordones montañosos que lo circundan.
En verano y primavera, el paisaje es una explosión vital de intensos colores. En otoño, dorados y ocres engalanan el entorno. Cuando llega el invierno, su atractivo vira al blanco y el poblado y sus alrededores, cubiertos de una túnica de nieve, se convierten a la vista en una psotal inolvidable.
Con sus casi cien años, la ciudad actualmente es un reconocido centro de actividades turísticas, comerciales y ganaderas de la región.
