El imponente Monte Fitz Roy lleva el nombre del capitán de origen inglés Robert Fitz Roy que acompañó a Charles Darwin en su recorrido por la Patagonia. Este curioso marino inglés mientras exploraba las aguas del lago Argentino, descubrió la increíble montaña que hoy es desafío y leyenda para los andinistas del mundo entero.
El perito Moreno fue quien rebautizó el cerro con el nombre de El Chaltén durante su expedición por los lagos australes en el año 1877 creyéndolo un volcán activo debido a las nubes que suelen coronar su cima.
Visto desde El Chaltén, desde la ruta o desde la base misma del monte, el Fitz Roy se impone por su tamaño y atractivo. Al caer el sol, sus escarpadas paredes se tiñen de anaranjado y encandilan con su magia. Lleg tan cerca de las nubes que los jirones de blanco vapor parecen el humo tibio de un volcán que se desperaza. Quizás por eso los tehuelches lo llmaban Chlatén, que significa “montaña humeante”.
En un auténtico símbolo de la Patagonia andina austral, un pico codiciado por escaladores de todo el mundo que preside un cordón de montañas inspiradoras de numerosos mitos, personajes y leyendas. La cumbre principal del monte Fitz Roy alcanza los 3045 metros y, debido a que sus paredes son muy afiladas y están compuestas porrocas extremadamente duras es uno de los más difíciles de escalar. Los paseos y excursiones de trekking hasta su base sin aptos para todo público, pero el ascenso sólo está permitido a escaladores profesionales.