La primera Bolsa del mundo se construyó en 1531 en Amberes, pero progresivamente perdería su lugar preferente a nivel internacional a favor de Amsterdam, un mercado de gran liquidez, sobre todo desde que en 1602 comenzaron a realizarse por primera vez operaciones a plazo en la Bolsa con porciones de la Compañía Unificada de las Indias Orientales.
Ya entonces las operaciones bursátiles eran consideradas sospechosas. El comerciante don José de la Vega, que se había establecido en Amsterdam, denominaba a la Bolsa foco de desgracias. La contratación bursátil era la esencia de la estafa.
Obviamente, el ayuntamiento no veía las cosas del mismo modo, permitiendo las actividades capitalistas al principio en la Warmoestraat, luego en la Capilla Olof en Zeedijk y, a partir de 1608, en la iglesia Oude Kerk.
Hacia la construcción de la actual sede
Mientras tanto, el arquitecto municipal Hendrik de Keyzer construyó un edificio para el gremio de comerciantes, inaugurado en el Dam en 1611, de manera que los negocios de la zona se pudieran concentrar en él. Sin embargo, la construcción comenzó a inclinarse lentamente y hubo de ser derruida en 1835 por amenaza de ruina.
Tampoco la Bolsa, edificada según los planos de Jan David Zocher el Joven, resultó lo suficientemente sólida. La actividad bursátil se trasladó temporalmente a la Bolsa del Comercio de Hendrik Petrus Berlage, inaugurada en 1903 y situada en el Damrak. Actualmente está incluida en la lista de monumentos protegidos, y dedica su espacio a exposiciones.
Finalmente, en torno 1913, la Asociación de la Bolsa encargó a un arquitecto, especializado en construcción de hospitales, Joseph Cuypers, levantar un edificio en Beursplein que aún hoy continúa siendo sede de la misma.
Una importante Bolsa europea
La Bolsa de Amsterdam no tendría importancia política mundial hasta hace 300 años. En contraprestación por la reserva militar mantenida frente a la República de las Siete Provincias Unidas de los Países Bajos, con Amsterdam a la cabeza, el emperador germano-romano Leopoldo I recibió en 1672 un paquete de obligaciones cuyo valor se establecía según el lugar donde se encontrasen sus ejércitos.
Si avanzaban en dirección a Holanda, el valor del capital nominal imperial descendía. En el siglo XVIII, ya se comerciaba en Amsterdam con más de 100 títulos.
Hoy en día, Amsterdam se tiene por uno de los 10 mercados de títulos mayores del mundo. Amsterdam es la cuarta ciudad en importancia financiera de Europa y de la Bolsa de valores surgió, en 1978, la primera Bolsa Europea de opciones: la aventura especulativa más grande desde el comercio de los tulipanes.