Historia del Central Park

En el año 1849 un grupo de neoyorkinos ricos que admiraban los grandes parques públicos de Londres y París, liderados por el empresario Robert Minturn comenzaron a mover hilos para construir el primer parque público de los Estados Unidos. Estos señores creían que un gran parque en Nueva York le daría a la ciudad una reputación internacional y le ofrecería a las familias un espacio atractivo para disfrutar y a los trabajadores un lugar saludable para pasar un momento del día. Además pensaban que este tipo de parques aumentaría el valor de las tierras y llevaría a un desarrollo de las clases bajas.

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Después de años de debates sobre la ubicación, el tamaño y el costo del parque la legislatura autorizó a la ciudad a comprar unas tierras de más de 700 acres de extensión en el medio de Mahnattan. El sitio está rodeado de la 106th Street, la Quinta Avenida, la 59th Steet y la 8va. Avenida (más tarde se expandió hasta la 110th street).  El terreno tan irregular y lleno de pantanos, acantilados y afloramientos rocosos hacían del terreno no apto para la edificación de edificios.
En 1857 la comisión Central Park lanzó un concurso para la construcción de este gran pulmón de la ciudad. El proyecto lo ganó Frederic Law Olmsted y Calvert Vaux.



Su “Greensward Plan” era una combinación de las pastorales (praderas ondulantes abiertas) lo pintoresco (la Rambla) y lo formal (los parques vestidos de Promenade y la terraza de Bethesda) en la tradición romántica inglesa.
La construcción comenzó con el trabajo topográfico en el verano de 1856 y se terminó en gran parte por el año 1866. El parque ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los años, sobre todo con la incorporación de parques infantiles y campos de pelota de recreo en la década de 1930 por el comisionado de Parques Robert Moses utilizando fondos de WPA. Durante la década de 1970 la seguridad y el mantenimiento en el parque disminuyeron considerablemente con las fortunas de la ciudad hasta el cuidado del parque pasó a manos de la Central Park Conservancy, una asociación pública / privada. Pero a través de todos estos cambios, el diseño y el propósito fundamental del parque se ha mantenido constante, sirviendo a la ciudad como un oasis de verde y un respiro de los cañones de hormigón y acero.

“El triunfo del diseño Vaux y de Olmsted ha transformado un páramo pantanoso y rocoso en un paisaje pastoral bellamente compuesto. El triunfo de los neoyorquinos que visitaron el parque estaba en rehacerlo de una manera que se diera cuenta de las implicaciones democráticas de la visión de Vaux como un ‘trabajo de arte de polifacética fluidez, enteramente americano”.
(Rosenzweig pp 339)

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