La Cueva de las Brujas

Existe una teoría en cuanto a La Cueva de las Brujas que sostiene que esta caverna natural, penetra con sus ramificaciones en la montaña formando parte del fabuloso Túnel de Los Andes. Además es una de las cuevas más bellas de Sudamérica.
¿Qué hay de cierto de aquel famos túnel longitudinal de los Andes cuya existencia se remontaría a los tiempos prehispánicos? De tanto en tanto aparecen en los diarios noticias sobre su presunto hallazgo, pero hasta ahora no se ha sabido otra cosa concreta al respecto que la existencia de diversas cuevas naturales profundas que según algunos expertos podrían configurar los accesos a las misteriosas galerías subandinas.

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Una de estas grandes cavernas, aún no íntegramente exporada es La Cueva de las Brujas en la provincia de Mendoza. La boca conduce al visitante o al espelólogo a una serie de recintos, comenzando por una hoquedad amplia y continuando con inclusiones menores llamadas ‘sala de las flores’, ‘ túnel del tiempo’, ‘pozo de la duda’ y así. Estalactitas y estalagmitas brillan y parecen cobrar vida ante el movimiento de los haces de luz de las linternas, pero algunos vericuentos son tan estrechos que todo esfuerzo por penetrar a mayor profundidad se ha visto condenado hasta ahora al fracaso. Tal vez algún día se descubran nuevas galerías o conexiones con otras cavernas, desconocidas hasta el presente.
La boca de La Cueva de las Brujas se encuentra a 1930 m. sobre el nivel del mar, a unos 3000 metros de la RN 40 a corta distancia de Baradas Blancas, donde un cartel indicador señala el comienzo de la senda. En un pequeñopuesto es menester pedir una llave para poder penetrar en su interior, donde reina una temperatura uniforme y constante de cuatro grados bajo cero. Esto significa que conviene abrigarse antes de entrar a las galerías subterráneas. Lo más indicado tal vez sea llegar hasta Bardas Blancas primero y solicitar en el restaurante Ruca Mahuida la información general necesaria, y luego retroceder el corto trayecto en dirección a Malargüe para meterse por la picada en coche y a pie.

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